domingo, 1 de octubre de 2017

Marisco cocido con agua de mar

Uno de los grandes retos de la preparación del marisco es que, tras su cocción, el producto quede perfecto, jugoso y en su punto de sal. Tradicionalmente y, según el producto a cocer, se suele utilizar agua dulce sazonando a razón de 30-40 g de sal por litro para que se parezca lo más posible al agua de mar. ¿Por qué? Las razones son obvias: en primer lugar, es difícil tener acceso al agua de mar cuando se vive lejos de la costa y, en segundo lugar, aún viviendo en la costa y teniendo acceso al agua de mar, se ha de verificar que esté en perfectas condiciones para el consumo humano.

Desde nuestro servicio de alquiler barco Ibiza lo tenemos claro cuando nuestros clientes nos piden comer pescado o marisco a bordo, lo tratamos con agua de mar libre de toda contaminación y en perfecto estado para el consumo humano. Para ello, limpiamos, cocinamos un pescado o marisco con el misma agua donde ha estado su hábitat del modo que el alimento no pierde sus sales y minerales, ya que están presentes en las mismas proporciones. Con ello enriquecemos los platos, potenciamos su sabor y mejoramos las cualidades organolépticas del producto.

Esta práctica es casi tradición en muchas de las zonas cercanas a la costa donde determinados alimentos se han conservado y cocinado históricamente con agua de mar con resultados muy reconocidos como el pulpo "a feira" o las "papas arrugás".

Por otro lado, si analizamos el uso del agua marina dentro de nuestra cocina, hemos de tener presente sus cualidades nutricionales: contiene todos los minerales de la tabla periódica en distintas cantidades (el calcio, el magnesio y el yodo suponen un 84 %), siendo los minerales los que facilitan la absorción de las vitaminas, imprescindibles para la vida celular. Cuando cocinamos con agua de mar, aumentamos la calidad nutricional de los alimentos.

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